Propósitos ecológicos para 2014



Ahorrar agua, luz, reciclar hasta el papel de un chicle, poner placas solares, comer únicamente comida orgánica… todo suma, no hay duda. Pero no es justo que nos echemos a las espaldas toda la responsabilidad sobre la salvación del planeta. Debemos pensar que por encima nuestro, y a un nivel infinitamente mayor, se encuentran multinacionales y arraigadas bandas organizadas que día a día fulminan bosques y fauna, y contaminan el aire y el agua del mar.

Estos ecoterroristas que actúan en dimensiones internacionales de manera irreversible e immune deben hacernos reflexionar sobre la importancia de actuar en base a una actitud verde y sin culpabilidades. Granito a granito y uno más uno, el nuevo año se torna un momento idóneo para lanzarnos de lleno a resolver nuestras deudas en materia ecológica, trabajando por un mundo más firme y libre. Son infinitas las acciones que podemos llevar a cabo para ayudar al medio ambiente sin necesidad de hacer grandes esfuerzos; con pequeños gestos cotidianos podemos marcar la diferencia y salvar a el mundo frente al acecho de la locura.
Apuesta por el día a día
Modificar pequeños hábitos es básico para alivianar nuestra huella carbónica. Igual que sucede con los diferentes propósitos que nos planteamos, bien sea aprender una nueva lengua, dejar de fumar o volver al gimnasio (si es que alguna vez fuimos), la clave del éxito dependerá en un altisimo porcentaje, en que las acciones sean realistas.
De poco o nada serviría ponernos difíciles metas si después no somos capaces de resisitir ni tan siquiera un par de semanas, habiendo dejado nuestro ideal de mundo mejor en una mera utopia. Así, lo mejor es ser sensato, introducir en nuestra vida cambios necesarios pero con los pies sobre la Tierra. Traducido a sostenibilidad: caminar, desplazarnos en bicicleta, compartir trayectos en coche, utilizar el transporte público, decorar con muebles reciclados, o tener 4 cubos de reciclaje.
 Reducir el consumo de energía en el hogar o en el lugar de trabajo puede ser otra de nuestras denominadas metas realistas. Cambia las bombillas tradicionales por unas nuevas de bajo consumo, reduce el uso de climatizadores o simplemente programalos a temperaturas recomendadas; de igual modo puedas disponer el mobiliario de tal modo que la luz natural sea aprovechada de una manera óptima. 
Ser tajanate a la hora de imprimir lo menos posible y a doble cara y en general, de utilizar exclusivamente papel reciclado o mejora aún, de no utilizarlo; son objetivos realistas que podemos realizar sin derramar sudor.
Este nuevo año va a estar repelto de oportunidades para poner nuestro granito de arena y trabajar por un mundo mejor, con algo tan sencillo como una actitud responsible con la Naturaleza. Ello es, razonablemente, consumir y elegir con cabeza. 

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